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martes, 9 de agosto de 2022

La Reina Pepiada, toda una historia


La emblemática arepa fue creada por una familia trujillana, en homenaje a una reina de belleza y la historia la cuenta Heriberto Álvarez, de 83 años, único sobreviviente de seis hermanos a quienes se les atribuye este invento gastronómico que hoy deleita paladares en los cinco continentes.

La “Reina Pepiada" es la arepa más famosa del país. Su receta original dice que es una tostada rellena de pollo guisado y luego horneado, acompañado de lonjas de aguacate y granos de petit-pois. Actualmente, los establecimientos la rellenan con ensalada de gallina, mayonesa y aguacate.

Su creador aún está vivo, se llama Heriberto Álvarez, tiene 83 años y es nativo de Las Araujas, una población del estado Trujillo. ‘La autoría de la Reina Pepiada no es sólo mía sino también de mis seis hermanos ya fallecidos y, por supuesto, de mi ingeniosa madre: María de los Santos Álvarez, que en paz descanse. Todo comenzó cuando mi papá murió, estando nosotros muy jóvenes. Mi mamá nos trasladó desde Trujillo para Caracas en un camión de estacas. Nos instalamos en la Esquina de Cola e’ Pato, en El Guarataro. Allí montamos un negocio de empanadas. Se hicieron tan famosas que la gente se venía desde El Paraíso, expresamente, a probarlas.

Como nos fue tan bien pudimos abrir otro local de Maderero a Bucare, cerca de la Plaza Miranda. Mis hermanos y yo le pusimos El Chance. Fue allí donde vendimos las primeras tostadas. 

*Alfredo Sadel y Los hermanos Alvarez*

Nuestro primer cliente se acercó a las 8:30 de la mañana, en octubre del año 49. Nos preguntó: ‘Muchachos, ¿qué es eso de tostadas?’. Le explicamos que así se le decía a la arepa rellenita en Trujillo. Pidió una de queso de mano y se la devoró gustosamente. En ese momento se llamaba Alfredo Sánchez, vivía a una cuadra del negocio y era un aficionado al canto. Después se convirtió en Alfredo Sadel. Imagínese qué suerte nos dio ese señor de ser el primero que se comiera una de nuestras arepas’.

 ‘Con el tiempo fuimos creciendo y, en el año 55, abrimos *Los Hermanos Álvarez* en La Gran Avenida, la que comunica Plaza Venezuela con Sabana Grande. Estábamos en un punto estratégico, porque teníamos al lado la hermosa floristería de las hermanas Belloso y un negocio muy visitado que se llamaba Todo París. Nuestros clientes fijos eran Aquiles Nazoa, Oscar Yanes, Billo Frómeta y Abelardo Raidi, entre otros.

*Susana Duijm y la “reina pepiada”*

Ese mismo año, la señorita Susana Duijm ganó el Miss Mundo. Para rendirle homenaje, vestimos de reina a una de nuestras sobrinas, que tenía apenas 12 años. La sentamos como en un altarcito para que la gente la viera en el establecimiento. Entonces pasó un señor y nos preguntó por qué teníamos a esa niña allí. Le explicamos que era un homenaje a la nueva soberana de la belleza. Nos dijo: ‘¡Pero si yo soy el papá de Susana! Se las voy a traer para acá’. Y así fue. Un viernes, como a las 10:00 de la noche, se apareció la señorita Susana con su papá. Yo le di una tostada en sus manos y le dije: ‘Mire, esta tostadita se la preparó mi mamá especialmente y se va a llamar La Reina, así como lo es usted’. Ella me dijo: ‘Muchas gracias, mijo’, y se la comió con un juguito. Y como en esa época, a las mujeres de buenas curvas, así como Susana, se les llamaba ‘pepiadas’, le pusimos ese apellido a la arepa.

*Renny y los Hermanos Alvarez”*

Mantuvimos el negocio hasta el año 68. Otro que nos promocionó incondicionalmente fue Renny Ottolina. ¡Cómo se portó ese señor con nosotros!’. Sobre la preparación original ‘Se amasaba muy bien la mezcla y se le incorporaba una cucharadita de mantequilla. En aquella época se conseguía la marca Alfa, que era muy buena y salía barata. Así, la masa adquiría una textura más flexible y perdurable. Una vez que se les daba forma, las arepas iban al budare por cinco minutos, luego al fogón hasta que se les levantaba la conchita, lo cual indicaba que estaban listas. El relleno, originalmente, es un pollo macerado: mi mamá primero lo sancochaba y le ponía bastante aliño y lo dejaba hasta el día siguiente en la nevera. Después lo horneaba y posteriormente era que le sacaba las lonjitas para rellenar la arepa. Una ocurrencia de ella fue ponerle aguacate. Y como en el negocio teníamos petit pois, porque a la gente le encantaba, entonces los añadimos a la arepa’.


Alrededor del reinado ‘Después de La Reina vino otra arepa que también se hizo famosa. Era La Multisápida. La llamamos así porque Rómulo Betancourt hablaba, en los cincuenta, del surgimiento de una política multisápida. Queríamos hacer alusión a algo que estaba sobre el tapete. La nuestra tenía un poquito de queso, otro poquito de chicharrón, otro de pollo… Bien bonita, eso sí.


No menos famosa fue La Prohibitiva. Era una tostada rellena de caviar, un invento de uno de mis hermanos como estrategia de ventas. La Reina costaba un bolívar y la gente se quejaba de que era muy cara, ya que las demás no pasaban de real y medio o real y cuartillo. Entonces pusimos La Prohibitiva a 27 bolívares para que La Reina luciera mucho más barata. Pero el venezolano siempre ha sido muy pantallero. Nunca faltaba alguno que llegara y dijera a todo gañote: ‘¡Álvarez, dame una prohibitiva!’, y en secreto te susurraba: ‘de queso de mano’. Todo era para aparentar que podían pagar una cosa que nunca se vendió.

*El “Nervioso”*

Otro de nuestros productos principales lo llamamos ‘Sistema Nervioso’. No era más que el mondongo. Le pusimos así por un borrachito maracucho que siempre nos visitaba y pedía: ‘Dame un nervioso’. Según él, era lo único que le quitaba el malestar. Pero el cliente, quizás, más importante que tuvimos fue el señor Luis Caballero Mejías. Una noche se presentó con una bolsita de harina y nos dijo: ‘Muchachos yo preparé esta mezcla a ver si las arepas me quedan igual a las de ustedes’. Nos pidió que la probáramos y nos explicó que eran dos kilos de maíz, primero sancochados, luego molidos y posteriormente secados. Nos fue muy bien con esa mezcla. Y cómo no, si lo que nos estaba dando era la fórmula de vacaciones, la harina pan. (Cortesía)


lunes, 18 de julio de 2022

CARVAJAL/ El Miche Zanjonero y su origen artesanal

En esta comarca trujillana hay familias con tradición y ganada fama por el exquisito sabor del producto que fabrican, el que se deriva de los conocimientos de las técnicas y secretos que se han trasmitido de generación en generación.

 Desde la época del asentamiento español en el área geográfica de los Andes venezolanos, concretamente en el territorio trujillano, era común observar a las distintas posesiones agrícolas luciendo extensos cañaverales con su respectivo trapiche a un lado, factoría que cumplía la función de moler la caña dulce y extraer el caldo requerido para elaborar la panela o papelón, que luego de ser sometido a un proceso de cocción a alta temperatura era aprovechado para obtener licor a través de un alambique.

La identidad con el trabajo es la condición que diferencia al carvajalense con los habitantes de otras comarcas. El miche o caña clara, nombres con los que comúnmente se le conoce, es una bebida espirituosa contentiva de alto grado de alcohol, típica en la región de los Andes venezolanos, donde se consume con el pretexto de matar el frío que baja de las gélidas montañas, calentar el cuerpo y espabilarse. También es útil como base en la preparación de las varias derivaciones de aguardiente, que a través del tiempo se han convertido en licores populares, tales como: miche aliñao, miche anisao, calentao, leche e’ burra, coctel de frutas, mistela, ponche crema, entre otra gran variedad de tragos. Entre los fabricantes de cañandonga carvajalense hay familias con tradición y ganada fama por el exquisito sabor del producto que fabrican, el que se deriva de los conocimientos de las técnicas y secretos que se han trasmitido de generación en generación, todo un legado familiar que pese a tanto adelanto científico y tecnológico, en pleno siglo XXI siguen ejecutando artesanalmente el proceso para garantizar su característico aroma final.
Demandado en un buen aguardiente se recurre a múltiples procedimientos que van desde el ambiente del área donde se procederá a su preparación, el origen del agua a utilizar, el tipo de panela, tiempo de fermentación, la cocción, la estabilidad en la temperatura, conocimientos y experiencia del productor. Este proceso requiere el uso de un alambique, que no es otra cosa que un serpentín de cobre utilizado para conseguir la condensación de líquidos mediante la evaporación por calentamiento y posterior destilación por enfriamiento. Para elaborar el miche se precisa rallar o triturar cierta cantidad de unidades o pacas de panela (unidad de medida que en la actualidad  contienen 24 piezas), las cuales se deben introducir dentro de un envase con capacidad para contener la cantidad de agua necesaria para disolver las panelas; cumplido este paso, se procede a cerrar el recipiente y se deja fermentar por un tiempo suficiente (entre 5 y 7 días), hasta que la mezcla se haya convertido en un guarapo que muestre el color, la consistencia, el olor y el sabor característico requerido, indicando así el momento preciso de vaciarlo en el alambique para comenzar su cocción, estando ya listo, aun fresco se prueba, se le mide el nivel de alcohol y se coloca en barricas de madera, garrafas de vidrio o de plástico, unas con capacidad para cinco y otras de veinte litros. Siendo importante destacar que el alambique o serpentín fue inventado alrededor del siglo X, por los árabes, para producir alcohol natural de frutas fermentadas, elemento líquido requerido en la elaboración de medicinas y perfumes.
En las vecindades del ámbito rural de Carvajal, muchas eran las familias que mejoraban su ingreso económico destilando y vendiendo miche zanjonero, que aun a pesar de ser un oficio ilegal, ya que su venta no estaba permitida, igualmente se arriesgaban a comercializarlo clandestinamente, acción que socialmente se asumía, de alguna manera, como cualquier faena riesgosa que los lugareños asumían con la normalidad, complicidad y silencio que demandaba ante los gendarmes del orden, era como un secreto a voces, donde nadie comentaba, ni murmuraba nada sobre este tema.
De ahí que pobladores adoradores del dios Baco de San Genaro, Carvajal, Campo Alegre Abajo, Mesa de Chipuén, La Cejita, Las Mesetas de Chimpire, al momento de buscar la bebida para compartir entre amigos se las ingeniaban para obtenerla sin ser vistos por autoridad alguna, igualmente, los distribuidores y vendedores, para evadir los controles y vigilancia de la Guardia Nacional y otras autoridades, se valían de la medianoche y primeras horas de la madrugada para trasladar su mercancía desde Alto de la Cruz, las Lomas de San Isidro y San Rafael, Las Aguaditas, El Amarillo, Sabaneta, Santiago de Trujillo, San Lázaro, Santa Rita, San Pablo de Jiménez, La Quebrada Vieja, entre otros lugares donde procesaban el preciado licor, y realizaban su reparto en ocasiones a pie, otras sobre el lomo de animales de carga, dependiendo de las distancias y las circunstancias.
Este esfuerzo humano se veía compensado luego de cumplir con la entrega del producto en los distintos puntos donde era expedido secretamente dentro de Carvajal y en zonas circunvecinas, esta práctica tuvo larga data, hasta que en el siglo XX a finales de los años 30, el furtivo lugareño aprendió, se arriesgó y emprendió la tarea de construir e instalar sus propios alambiques, desarrollando él mismo la explotación de este lucrativo rubro, labor que hacía indistintamente en montañas, despeñaderos y zanjones cercanos a los pueblos, los patios de sus casas y hasta en la cocina, sótanos o cualquier parte donde pudieran ubicar y ocultar de la vista de propios y extraños el destilador etílico.

Una vez tomado este reto, surge lo que conocemos como Miche Sanjonero Carvajalense, que por su aroma, consistencia y sabor era buscado y preferido por muchas clientelas de esta estimulante y fuerte bebida alcohólica. Numerosas eran las personas que, estando de paso en las comarcas carvajalenses, se detenían en las pulperías o casas de familia para comprar su avío etílico y llevarlo como compañero de viaje. Su fabricación y mercadeo impulsaron la economía de Carvajal y su gente por muchos años. Fueron tiempos donde para tener un fuerte o cachete de plata en la faldiquera o bolsillo había que sudar la gota gorda. (Texto: Luis Huz Ojeda/ Foto Cortesía)t


 

domingo, 11 de octubre de 2020

EXHUMACIÓN/ Restos de José Gregorio Hernández serán entregados a la Santa Sede

 El Vaticano solicita que los cuerpos de los Beatos sean exhumados previamente para evidenciar su estado


La Arquidiócesis de Caracas informó esta semana que los restos del doctor José Gregorio Hernández serán exhumados durante el mes de octubre con motivo de los 156 años de su natalicio y -posteriormente- serán llevados a la Santa Sede.

Explicaron en su cuenta de Twitter que El Vaticano solicita que los cuerpos de los Beatos sean exhumados previamente para evidenciar su estado.

“Restos del doctor José Gregorio Hernández  serán exhumados el venidero mes de octubre. Reliquias serán llevadas a la Santa Sede. Los cuerpos de los declarados Beatos deben ser exhumados para evidenciar el estado en el que están”, puntualizaron.

El pasado 19 de junio la Congregación para las Causas de los Santos decretó, con la autorización del papa Francisco, que el médico venezolano José Gregorio Hernández sea beatificado tras el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión.

El médico de los pobres es el primer beato laico de Venezuela y fue beatificado junto a otros dos Venerables Siervos de Dios que vivieron en el siglo XIX.

El milagro aprobado por los siete expertos es el de una niña que recibió un disparo en la cabeza durante un asalto a su padre. La menor tenía un pronóstico reservado y fue entonces en el que el Venerable habría hecho el milagro. (El Cooperante)



martes, 15 de septiembre de 2020

TRUJILLO/ Las Pailas de Niquitao


Esta belleza natural se ubica en el municipio Boconó 

Niquitao, hermoso pueblo del estado Trujillo. Un lugar verde lleno de naturaleza y frescura, con un clima espectacular rodeado de montañas y cascadas que recorren los páramos, así que sus aguas son frías. 

En ese pintoresco pasaje, al pie del páramo andino se encuentran las Pailas de Niquitao, un lugar sensacional, que está ubicado a 45 minutos del pueblo, caminando, es lo más recomendable para que puedan observar, palpar y sentir la naturaleza en su máxima expresión.

 Es una excursión apasionante con un clima muy agradable. Al llegar lo primero que se observa es el pozo y cascadas de aguas cristalinas y frías, rodeadas de un paisaje único, inmensas rocas y plantas verdes, con la fragancia de la montaña, que brinda paz y descanso. 

Las Pailas de Niquitao forman parte del paisaje trujillano en el municipo Boconó, que invita al turismo en Venezuela, un país con grandes bellezas naturales. (Cortesía)


viernes, 7 de agosto de 2020

TRUJILLANO/Julio César León el venezolano que inauguró la historia olímpica

Hace 72 años este pedalista nacido en Trujillo se convirtió en el primer atleta venezolano en participar en unos Juegos Olímpicos.

El 7  de  agosto de 1948, el ciclista trujillano Julio César León hizo historia, al convertirse en el primer venezolano en participar en unos Juegos Olímpicos, debutando en la prueba de pista de la cita de  Londres. 

Tenía 18 años pero ya demostraba sus habilidades sobre la bicicleta por las calles de Trujillo, su ciudad natal, y posteriormente en Caracas, donde se redisenció posteriormente y comenzó a participar en diversas competencias nacionales e internacionales, logrando ganar una importante prueba en Trinidad Tobago, en el año 1941.

León ganó las Campeonatos Nacionales en 1940, 1941 y 1942; por lo que decide participar en más competencias en otras latitudes.

En jukio de 1948 viajó a Londres para la cita mundial del olimpismo,  finalizó cuarto en los 1.000 metros de la contrarreloj, detrás del francés que alcanzó el oro, el belga Pierre Nihant (plata) y el británico Thomas Goodwin (bronce). Por muy escaso margen estuvo a punto de convertirse en el pionero de Venezuela, no solamente como competidor, entrenador y delegado en unos Juegos Olímpicos, sino también como medallista.

En el sorteo de la prueba de velocidad pura, la suerte no le sonrío y tuvo que enfrentarse al italiano Mario Ghella, campeón mundial de la disciplina, con lo que se acabó el sueño del venezolano, que sin embargo está en la historia del deporte criollo, como el primer venezolano olímpico.

Después de esa experiencia europea, León se graduó de Ingeniero en la Universidad Central de Venezuela y se dedicó a su profesión, la cual compartió con otras actividades, pero nunca más volvió a competir.

A los 91 años, el pedalista recibió el doctorado honoris causa por sus aportes al país como deportista y dirigente, además de por haber puesto a su país en el mapa del olimpismo.

 Regresó a una cita olímpica en Río 2016, pero en esta oportunidad como invitado especial de la delegación venezolana, cuyo abanderado fue Rubén Limardo.(Con información de Tiempo Universitario)

miércoles, 5 de agosto de 2020

INICIATIVA/ Exitosa jornada de limpieza en el NURR


El operativo sirvió para para preservar esta casa de estudios, un patrimonio regional y nacional.
Planifican una segunda jornada para la próxima semana de flexibilización y es preciso diseñar estrategias para reactivar la vigilancia y el resguardo de las instalaciones universitarias.

Un grupo de unas 100 personas, integrado por estudiantes regulares, egresados, profesores y obreros de la Universidad de Los Andes del estado Trujillo, culminaron la primera jornada de limpieza y rescate de los espacios del Núcleo Universitario Rafael Rangel (Nurr) en la tarde de este viernes, 31 de julio.

De acuerdo a Eiver Saavedra, presidente del Centro de Estudiantes del Nurr, los voluntarios se turnaron diariamente en equipos de 30 a 40 personas para quitar la maleza y suciedad, que se acumularon en el transcurso de la cuarentena para prevenir el contagio del COVID-19.

La motivación de la labor surgió de las denuncias de mal estado en el que se encontraba la Villa Universitaria, ubicada en el municipio Pampanito, y los reportes, cada vez más frecuentes, de robos de bienes usados para la enseñanza y funciones administrativas.


Saveedra manifestó que los participantes, entre los cuales también estuvieron obreros de la alcaldía y miembros de la sociedad civil, lo sintieron como un llamado para preservar su casa de estudios, un patrimonio regional y nacional.Una muestra de unión Andrés Canelones, representante estudiantil y voluntario, comentó que, en cinco días, se unieron movimientos estudiantiles de tendencias ideológicas distintas. Una acción que catalogó de ejemplar para futuras generaciones.
“Esto nos dejó un impacto positivo. Se ha demostrado la unificación de los movimientos estudiantiles, estudiantes independientes y cada gremio del sector universitario en pro del bienestar y recuperación de los espacios” dijo Canelones, quien agradeció a la comunidad trujillana por sus aportes.

Por otro lado, la dirigencia estudiantil informó que planifican una segunda actividad, pues el objetivo es preservar la infraestructura, pese a la suspensión de las clases presenciales. “Estamos organizando, para dentro de diez días, seguir con estas jornadas, seguir con la recuperación de otros espacios de la universidad, con limpieza, poda de árboles y mantenimiento de los módulos”, comentó Eiver Saavedra.

Recolección de fondos Igualmente organizan una recaudación formal de fondos económicos, bajo el lema “Una Mano Amiga para ULA Nurr». Los integrados pueden colaborar a través de la cuenta del Banco del Tesoro, a nombre de la Fundación para la Agricultura, N° 0163- 0900-1790- 0300 – 1348, RIF J- 306052828.

Una vez ejecutado el aporte, con fines de control de la campaña, enviar la referencia del depósito al correo fundatadiula@gmail.com. 

Igualmente la comunidad universitaria considera que es urgente diseñar estrategias para reactivar la vigilancia y el resguardo de las instalaciones del Núcleo.  (Diario de los Andes/ Fotos: Cortesía)

martes, 21 de julio de 2020

HISTORIA/ Un trujillano fue el verdadero descubridor del Salto Angel


El Salto Ángel es la cascada de agua más alta del mundo, con una altura de 979 mts, su hallazgo se le atribuye al aviador estadounidense Jimmy Angel, pero otro hombre blanco avistó primero la exuberante caída de agua, fue un trujillano que además realizó un registro cartográfico a principios del siglo pasado.


En 1937, el aviador estadounidense Jimmy Angel difunde a nivel mundial el avistamiento de una extraordinaria caída de agua, que a la postre se determinó que era la más alta del mundo, ubicada en el cerro Auyantepuy, estado Bolívar; Venezuela. 

La magestuosa cascada se bautizó como el Salto Angel, en honor a este explorador que tuvo acceso a los medios internacionales de información y supo documentar su hallazgo, conciente de la importancia del mismo y su  trascendencia desde el punto de vista histórico y geográfico.

Lo que muchos no saben es que un venezolano, trujillano para más señas, fue el primero que incluyó en un croquis de la región la magestuosa cascada en 1910, su nombre: Ernesto Sánchez La Cruz, un  teniente de la marina, nacido en la población de Jajó, estado Tujillo.

Esto fue atestiguado en 1955 por Antonio Cattaneo Quirín, quien fuera Inspector General de las Fronteras Orientales y Meridionales del Estado Bolívar con la Guayana Inglesa y Brasil.

Sánchez La Cruz realizó un croquis detallado del Salto, haciendo entrega de éste y notificando el hallazgo, al Gerente de la Casa Blohm de Ciudad Bolívar para finales del año 1910 y de cómo llegó al remoto lugar, el escritor Pedro Paredes, también de origen trujillano, tiene en sus relatos una explicación.

"A Sánchez La Cruz se le había encomendado la tarea de determinar los límites del área de Canaima y recorriendo la zona se separa luego de la expedición, con el objeto de buscar diamantes, por lo que logra establecer contacto con los pobladores aborígenes de la etnia Pemón, quienes le alertan de la existencia  de una enorme caída de agua. Estos indígenas lo llevan hasta el sitio en el que estaba ubicado el salto al que llamaban 'Kerepakupai Meru' que en su lengua significa 'salto del lugar más profundo'. 

Al regresar dicha expedición a Ciudad Bolívar, Ernesto Sánchez La Cruz hizo entrega de estos importantes registros y de un croquis a un ciudadano de origen alemán, de apellido Kuhn, dueño de la casa Blohm, quien a su vez procedió a guardarlo en una caja fuerte de su propiedad. 

Sánchez La Cruz, apenas divulgó su descubrimiento a muy pocas amistades y comunicadores sociales de Ciudad Bolívar, y jamás se preocupó por dar a conocer este histórico hallazgo, hasta que, mucho tiempo después, el señor Cattaneo Quintín, en el año de 1955, le solicitó información acerca de esta zona explorada al alemán Kuhn, el cual le proporcionó el croquis elaborado por Sánchez La Cruz. (Jogly Valero/ con información de Sonia Vereezuela/ Blog Venezuela e Historia/ Facebook Canaima y el Salto Angel)