La sagrada imagen de Nuestra Señora de la Paz a la entrada de la Catedral trujillana. |
Como ya es tradicional, el pueblo de Trujillo,
representado por todos los sectores de la vida ciudadana, se volcó de manera
masiva y ferviente a la presencia bondadosa de la Santísima Virgen María, bajo
el manto protector de Nuestra Señora de la Paz. Cientos de feligreses
acompañaron la procesión con la imagen sagrada de la excelsa patrona, entonando
cánticos de alabanza a Dios y a su Madre maravillosa llena de dulzura y bondad.
Monseñor José Luis Azuaje, ofició como máxima autoridad la Misa concelebrada en
la Santa Catedral de Trujillo, donde hizo votos y oración por tiempos mejores
para Trujillo y toda Venezuela
Gabriel Montenegro - Toda una muestra de fe,
fervor y arraigo por el respeto a nuestras máximas manifestaciones religiosas
se observó la mañana y tarde de ayer con motivo de los actos centrales alusivos
al Día de Nuestra Señora de la Paz, de cuya aparición en estas tierras regionales
se cumplen 450 años.
La imagen sagrada de María Santísima bajo su advocación de
Reina de la Paz, estuvo en días previos recorriendo instituciones y
comunidades, y en el acto de ayer fue traslada en hombros de la
feligresía, la cual entonó hermosos cánticos por las calles y avenidas de la
parroquia capital, antes y después de la celebración de la Misa Especial en su
honor.
Gente de la Congregación Mariana de Trujillo capital,
representantes de empresas públicas y privadas, Coro Parroquial de la Catedral
de Trujillo, gente de los medios de comunicación, y pueblo en general rindieron
sincero tributo a su venerada y milagrosa imagen.
Reflexiva homilía de monseñor Azuaje
Tras el ingreso a la Santa Catedral, comenzaron los actos
litúrgicos y la Misa concelebrada, la cual fue presidida por el presidente de
la Conferencia Episcopal Venezolana y obispo de Barinas, monseñor José Luis
Azuaje, junto al padre Magdaleno Álvarez, párroco de la Catedral, el vicario
Gerardo Peña, padre Felipe Torres con la presencia de diáconos, hermanas de
Carmelitas Descalzas, carismáticos y los integrantes del Coro parroquial de la
Catedral. El recinto estuvo repleto de gente llegada de todas las parroquias de
la capital y municipios vecinos.
Tras la respectiva consagración antes de la Sagrada
Eucaristía, monseñor Azuaje hizo un breve esbozo de la importancia y presencia
de Nuestra Señora de la Paz, expresando que Trujillo es y ha sido un pueblo de
enorme principio y arraigo religioso, ferviente en sus costumbres y que ve en
María una gran significación de esperanza y buenaventura. Punto aparte,
merece la referencia del Evangelio de Lucas en el momento de la anunciación por
el Ángel Gabriel, quien desde su saludo “Salve María bienaventurada”, le reveló
el misterio de Nuestro Señor y su elección como Madre de Jesús y todos
los hombres. También hizo referencia a la respuesta de aceptación, dócil e
inocente de María reflejada en el “Magnificat”…
“Engrandece mi alma el Señor y mi espíritu se regocija
porque ha puesto sus ojos sobre esta humilde sierva. Desde hoy todos los
pueblos me llamarán bienaventurada, porque Dios ha hecho grades cosas en
mí”.
“Vuelvo a esta Santa Catedral, donde hace justo 34 años fui
ordenado sacerdote bajo el manto protector de la Reina de la Paz, por el
entonces querido y respetado obispo diocesano monseñor Vicente Ramón Hernández
Peña. He venido orgulloso a esta asamblea litúrgica y santa, no sólo a honrar y
a compartir con mi pueblo sino a reflexionar sobre la actual situación del
país, la cual debemos enfrentar con hidalguía, responsabilidad y mucha unidad
en favor de luchar por tiempos mejores”, subrayó.
La feligresía se desbordó para acompañar a la patrona. |
Cabe destacar la presencia de los representantes de Cuerpo
de Bomberos, Autoridades de la ULA-Nurr, Radio Trujillo, TVT Trujillo, Policía del
estado, comercio, Guardia Nacional, Avec, instituciones educativas y
congregaciones religiosas, Unefa, estudiantes y autoridades académicas,
funcionarios de Protección Civil con gran trabajo logístico, Milicia
Bolivariana, quienes no sólo rindieron honores a la Reina y Madre de Dios, sino
se hizo votos por tiempos de tranquilidad y el inmenso deseo de salir de esta
crisis que nos agobia a todos por igual. ¡Qué así sea!. (Gabriel Montenegro/ Diario El Tiempo)
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