Saida Matos recibiendo merecido reconocimiento por parte del CNP Trujillo y la Alcaldía de Valera |
Ese amor por su profesión le ha permitido superar grandes retos, esta periodista egresada de La Universidad del Zulia, demuestra con hechos que cuando las cosas se hacen con fe y pasión los obstáculos se desvanecen
Yo hasta que no termine este trabajo no me voy a parir –le dijo Saida a sus compañeros de La Universidad del Zulia- esa fue una de las últimas evaluaciones para egresar como Licenciada en Comunicación Social, “durante mis estudios me casé, tuve a mis hijos, y recuerdo que el día que fui a parir a uno de mis primogénitos, estaba haciendo el último trabajo para aprobar la materia (…), luego que entregué, agarré mis cosas y me fui… pero bueno, a eso llega la pasión que uno siente por esta profesión”.
Posiblemente, la entrevistada de esta semana ni siquiera se imaginaba que su entrega por la carrera en ese momento, apenas comenzaba. Ahora, al verla sentada en el mueble de la sala de su casa, en la “Calle de los Periodistas”, municipio Pampanito; relatando entre carcajadas y lágrimas parte de su vida, es evidente que a esta dama, el periodismo, además de otorgarle las mejores alegrías, le ocasiona satisfacción desde la cabeza a la punta de los pies.
Galardón al profesionalismo
Asume el periodismo como un servicio social |
Mañana los profesionales de la comunicación social celebran su día, perdón, ¡celebramos! ¿Ser periodista? Me disculpan mis amigos lectores, no acostumbro emitir opinión alguna en el desarrollo de mis trabajos, pero en esta oportunidad me atrevo a decir que quienes elegimos formarnos en el área de la Comunicación, también escogemos servirle a un colectivo por el resto de nuestras vidas. El Periodismo es eso: un servicio social que te permite diariamente crecer como persona y experimentar la alegría, tras reflejar la verdad.
Saida Matos es muestra de gallardía periodística, profesional con 27 años de trayectoria que laboró en el diario Yaracuy Al Día; Regional del Zulia; La Verdad; y Diario El Tiempo. Trabajó como moderadora de programas en Radio Tiempo, Optima 107.7 FM y Super Activa 103.5 FM, también fue jefe de redacción del noticiero en Radio Valera.
Además se desempeñó en Relaciones Públicas en la Alcaldía de Pampanito, Alcaldía de Sucre, Corporación Trujillana de Turismo y Concejo Municipal de Valera; fue secretaria de organización en el Colegio de Periodistas, seccional Trujillo, y colaboradora por varios años en el Avance de la Diócesis de Trujillo. Actualmente, ejerce sus funciones en la Alcaldía de Candelaria e imparte sus conocimientos como docente en la Misión Sucre.
Cosas del oficio
Egresada de la Universidad del Zulia, la periodista trujillana también libra su batalla por la vida |
“La fuente que me tocó prácticamente trabajar fue la de Política. Es difícil quedar bien con unos y otros, porque los políticos todo el tiempo quieren que queden bien con ellos”, dice la protagonista del Detector Curioso de esta semana.
Desempolvando sus recuerdos, mientras la seriedad se combina con sus ocurrencias, manifiesta que cuando existe la pasión por el Periodismo, los obstáculos se desvanecen y salen a flote, por sobre todas las cosas, las ganas de reflejar la verdad.
“Yo recuerdo que ese día llegué y me acosté, cuando me tocaron la ventana; porque el estacionamiento del periódico daba con el garaje de mi casa, en Yaracuy; –licenciada levántese, hay un Golpe de Estado- me dijeron (…) el golpe del año 1992 fue una de las cosas más difíciles que me ha tocado vivir en el periodismo”, expresa.
Afirma que “después me vine a Trujillo, dije que tenía que darle a mi Valera, donde yo nací, todo lo que había aprendido. Recuerdo a don Luis Mazzarri, que era diputado del Congreso Nacional, y lo había conocido en Yaracuy, como me dijo que estaba a la orden, lo llamé y empecé a trabajar en Diario El Tiempo. Agradezco mucho esa experiencia porque aprendí bastante con Rafael Vázquez, quien era mi jefe de información y Cornelio Viloria que estaba como jefe de redacción”.
Con una sonrisa delineada en su rostro rememora que es casi imposible olvidar a Luis Gonzaga, uno de los fundadores de este rotativo, “cuando veía una nota que no le parecía, nos decía que debía estar en la última página, era muy estricto con la jerarquización de la información”.
Su enfermedad: reto superado
Esta señora, de contextura gruesa, piel morena, cabello negro con reflejos blancos y ojos color café, un poco achinados; quien para el momento de la conversación viste un blusón de color azul, con un prendedor de José Gregorio Hernández, y unas licras negras, permite con lágrimas en los ojos, que el entrevistador evidencie la sensibilidad que vive en ella.
Resulta difícil pensar que esta mujer que revela su vitalidad hasta en el tono de su voz, padeció cáncer hace aproximadamente dos años. “Yo no pensé en nada que fuera fatal; ese apoyo que tuve tan grande no sé cómo retribuirlo. No sabía que tenía tanta gente que me quiere, recibí apoyo por parte de mis colegas, de los medios de comunicación, los docentes, mis vecinos, los estudiantes, y por supuesto, mi familia. Hicieron potazos, vendimias, de verdad que Dios se lo pague a todos”, expresa.
Recuperada en la fe
Enfatiza, con un semblante distinto, como quien recobra la respiración, que el 13 de junio, fecha que al parecer no olvida, “me hicieron el estudio y gracias a Dios salí bien. Cuando el doctor me colocó el aparato me dijo que estaba sanada, y vaya que el tumor era grande. Tuve siempre esa esperanza de que me iba a sanar, y esas oraciones de muchos contribuyeron para que así fuera”.
Con su mirada perdida por unos segundos en el espacio, confiesa que a pesar de que fue una experiencia fuerte, con esto reforzó el verdadero sentido de la vida.
“Cuando tuve la tercera quimioterapia me vi muy mal (…), ese día pasó algo muy extraño, nosotros íbamos por un sector donde los carros pasan muy rápido, allá en Maracaibo, yo iba en una silla de ruedas, mi hijo me llevaba a empujones, pero todos los carros pararon. Enfrente estaba el doctor, y a pesar de que yo sentía que no iba a llegar, a lo lejos veía el rostro del doctor y se me pareció a José Gregorio Hernández”, enfatiza; su amiga y colega Marianela Mavares, quien la acompaña durante el relato, también abre paso a la nostalgia.
¿A qué le tiene miedo Saida Matos?
“A que la gente no tome en serio su vida, que no enfrente las cosas que debe revolverse, porque todos los días tenemos retos”.
El Periodismo, sus hijos y el amor
Esta periodista con más de 20 años de trayectoria, nació el 22 de julio de 1961, en Valera, es la quinta de siete hermanos. Tiene dos hijos varones: uno de ellos es Licenciado en Ciencias del Deporte; y el otro es Economista; ahora su mayor deseo es convertirse en abuela.
José Luis, su pareja desde hace 16 años, forma parte de este relato: “Fíjate todo lo que ha sido Diario El Tiempo para mí que allí lo conocí. Ambos habíamos pasado por una relación. Él era conductor del periodista de sucesos en ese entonces; para mí es mi compañero y amigo”.
Por otra parte, al ser abordada con relación a su ideología política, enfatiza, “mi tendencia política es la de Dios”, asimismo, comenta que la actual situación en el país no está nada fácil, debido a las personas “fanáticas” que no creen en el diálogo.
Saida Matos, quien manifiesta que en Trujillo se ha hecho muy buen Periodismo, es considerada por muchos como una guerrera de la vida y la comunicación social, para ella la satisfacción más grande es el reconocimiento de la colectividad: el eje central de toda labor periodística. En un mañana se ve como siempre soñó y como lo ha cumplido hasta ahora, siendo periodista porque “jamás imaginé que el Periodismo, además de tantas alegrías, me iba a otorgar la dicha de sentirme tan llena como persona”. (Carlos Briceño Contreras)
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