Por más de seis décadas ha
sobrevivido esta tradición artesanal en el municipio San Rafael de Carvajal,
estado Trujillo.
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Antonio Pérez y su hijo Edgardo, forman parte de una
de
las empresas familiares de fabricación
de cestas en el municipio San Rafael
de Carvajal.
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Corría la década de los 50 del siglo pasado, cuando el profesor Hermes
Perdomo (+), comenzó a tejer la guadua, una variedad de la planta de bambú, de
la que obtuvo la materia prima para la elaboración de todo tipo de cestas, lo
que con el tiempo se convirtió en un oficio artesanal entre los vecinos del
sector La Cantarrana, en Campo Alegre, estado Trujillo.
Según el relato de Pantaleón León, veterano en el oficio de la cestería en el sector La Cantarrana, el profesor Perdomo viajó a México y
de regreso trajo una revista de artesanía indígena, donde aparecían los pasos
para el tejido de la guadua y su
transformación en cestas.
"Recuerdo que primero empezó él y después enseñó a los vecinos,
hasta que poco a poco el oficio se fue convirtiendo en tradición y hoy forma
parte de nuestra cultura", expresó.
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Pedro Pablo Briceño, otro de los cesteros
de La Cantarrana, en plena faena artesanal
Este tipo de artesanía fue una novedad para la época, que se aprovechó
en esta zona trujillana debido a que en la comunidad se producía la planta de guadua
en forma natural, tal y como lo señala Antonio Pérez, uno de los pupilos del
profesor Hermes Perdomo, quien como la mayoría de los cesteros del sector,
improvisa su taller todos los días en la acera frente a su casa.
Tiene casi 50 años en este
oficio, con el que levantó a su familia, sus dos hijos varones se graduaron en
la universidad y también son artesanos,
"ahora trabajo sin presión, porque lo hago por gusto más que por
necesidad", confesó.
En efecto, su hijo Edgardo de 53 años, es ingeniero y acompaña a su
padre en el trabajo de la cestería, tejiendo al menos una docena de unidades
por día que una vez por semana son recogidas en el sitio por un camión que las
transporta hacia Caracas, Barquisimeto, Maracaibo, Valencia, San Cristóbal y a
otras ciudades del país.
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Al fondo, Pantaleón León, clasifica las cañas de guadua
que posteriormente transformará en cestas
Actualmente, los municipios Rafael Rangel y Motatán, son los mayores
productores de guadua en el estado Trujillo y según otro de los cesteros de
Campo Alegre, quien se identificó como Pedro Pablo Briceño, alrededor de 40
familias de esta localidad viven de este oficio artesanal, en seis décadas se han
consolidado como empresas familiares y aspiran ser reconocidos algún día, como
patrimonio cultural del municipio San Rafael de Carvajal.
Surten a casi todo el país, con un producto que tiene diversidad de
usos, por sus formas y tamaños, suelen ser utilizadas para el pan, frutas y otros
alimentos, como depósito de ropa, cofres e implementos de costura, entre otros,
además sirven como objetos decorativos.
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Al menos 40 familias en Campo Alegre viven de este oficio artesanal
Benilda Rosa Moreno, lleva 40 años tejiendo cestas, lo aprendió de su
mamá e hizo lo propio con sus hijos, dice que ha mantenido a su familia con
este trabajo, el cual realiza con gusto porque le ha dejado muchas
satisfacciones.
Otros se han dedicado a proyectar este arte tradicional en festivales y
eventos culturales, como el caso de Numa Godoy, quien además ha transmitido su
conocimiento a jóvenes estudiantes del municipio.
“Hemos tratado de evitar que esta tradición cultural se pierda, pero nos
ha faltado apoyo de los gobiernos, en lo que a créditos y la construcción de un
centro de acopio se refiere”, indicó.
La Alcaldía de San Rafael de Carvajal, a través de su Instituto de
Cultura, ha incluido a algunos cesteros de La Cantarrana, en la Galería de personajes,
cultores y artesanos del municipio, que se exhibe en el salón de usos múltiples
“Benito Perdomo”, tal y como lo manifestó Saúl León, coordinador del referido
instituto.
El cronista del municipio San Rafael de Carvajal, Robinson Núñez, señaló
que esta es una actividad cultural muy importante que merece ser divulgada, ya
que aunque nació en La Cantarrana, parroquia Campo Alegre, se ha extendido por
otros sectores del municipio como Mesa de Chipuén, el aeropuerto, Sabana de
Cuba y las Mesetas de Chimpire.
Afirmó que hijos y nietos de cesteros
pioneros, que se han radicado en otras
comunidades, llevan consigo este legado cultural y familiar, preservando la
tradición. (Jogly Valero)
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