En hombros de sus devotos, la venerada imagen recorrió las cales de Trujillo. |
Apoteósico acto ayer en Trujillo para honrar a la Virgen de la paz. Elmensaje de Monseñor Carlos Cabezas obispo de Falcón durante la homilía fue claro y directo, dijo que todos debemos considerar dos actitudes de la Virgen María, muy singulares por cierto, la humildad y sencillez.
El fervor del pueblo trujillano en esta oportunidad se percibió en el ambiente, con la participación no solo en la caminata, sino cantando, orando, alabando a Dios y a su Madre. A medida que avanzaba el camino la gente se sumaba, desde la avenida Coro, la avenida Mendoza, desde los balcones de sus casas la saludaban. Comerciantes que aprovecharon para inaugurar sus negocios y recibir su bendición.
La iglesia Catedral no fue suficiente para sus hijos. Pero allí permanecieron El pueblo trujillano cumplió con su parte. Salió al encuentro con su hermosísima Madre. Desde muy temprano la gente fue llegando poco a poco pero segura, a la plaza de Nuestra Señora de la Paz en la entrada a Trujillo.
Cuando llegó la Santa Madre, los rostros se iluminaron al ver la inigualable belleza de nuestra patrona que con su hermosa corona, su palma de olivo, su capa y velo colonial adornado con el hermoso vestido regalado por la señora Carmen Josefina Núñez por favor recibido, la hicieron lucir como la Reina.
Las lágrimas, ruegos, aplausos, la presentación de varias niñas vestidas con el traje de la Virgen y los cantos en su honor, no se hicieron esperar. Gente de todas las edades, niños, jóvenes, adultos, gente de la tercera edad, personas con discapacidades, incluso una señora que caminó la procesión descalza mientras rezaba el Santo Rosario. Mujeres que cargaron la Virgen durante un largo recorrido, y los hombres que también llevaron sobre sus hombros a la Reina.
Con esta primera procesión se dio inicio a las actividades centrales del día de Nuestra Señora de la Paz. En cada uno de los sectores hicieron sus homenajes, colocaron altares, vistieron niñas de vírgenes, le recitaron poemas. Los bomberos forestales en el Ministerio del Ambiente le hicieron una parada.
Los trujillanos desbordaron las calles caminando junto a su santa patrona |
La imagen colonial se detuvo en cada lugar para bendecir a sus hijos. Destacar que mientras la procesión avanzaba, en la iglesia Catedral de Trujillo, muchos que por diversos factores no se sumaron a la caminata de la mañana esperaban la llegada de la Reina para participar en la santa eucaristía, dos horas y media duró la procesión, la gente se mantuvo a pesar del inclemente sol, no hubo cansancio, no hubo fatiga porque el día se lo dedicaron a la Santísima Virgen, patrona de los trujillanos que acudieron de todas partes: Valera, Carvajal, Motatán, Pampán, Pampanito, para pedir por la paz, por la salud. Humildad y sencillez Una vez que llegó Nuestra Señora de la Paz a la iglesia Catedral de Trujillo, fue recibida entre aplausos y hasta con lágrimas al ver su rostro angelical, que es capaz de conmover hasta el corazón más insensible.
En presencia de las autoridades regionales, el Secretario General de Gobierno Eliades Ledezma, el Comandante de la Policía del estado Trujillo, la Comandante del Cuerpo de Bomberos, Aidé Villa, la Alcaldesa de Trujillo, entre otras autoridades, se dio inicio a la santa misa. Con la entrada del clero diocesano y del Obispo invitado, pero que fue hijo de la santa catedral, monseñor Carlos Cabezas, hoy obispo de la Diócesis de Punto Fijo, quien recibió apretones de mano de su feligresía, la cual lo conmovió y hasta lo hizo llorar. El mensaje de monseñor Carlos Cabezas durante la homilía fue claro y directo, dijo que todos debemos considerar dos actitudes de la Virgen María, muy singulares por cierto, la humildad y sencillez, virtud que impregna toda la vida de María, que además es la madre de las virtudes.
Recordó que Santo Thomas de Aquino decía que la humildad es la virtud que modera el deseo desordenado, por ello agregó, “tenemos que llevar presente dos frases de María: ‘El Señor ha hecho en mí maravillas’ y ‘Hágase en mí’. Una actitud dócil. Por ello, hoy le pedimos al pueblo trujillano que sea humilde a ejemplo de María. El humilde sirve al prójimo El humilde está abierto al consejo para ponerse al servicio del prójimo. La humildad es el amor que está dispuesto a servir.
También recordó monseñor Carlos Cabezas, que ayer fue el día de San Francisco de Sales, quien decía que a la humildad hay que agregarle alegría, porque no hay verdadera humildad sin gozo. La paz nace de la humildad, la soberbia causa toda violencia, y por eso estamos en medio de tanto dolor en el país” agregó monseñor Cabezas. Debemos orar por la paz de nuestra patria, unirnos en oración, por Venezuela y no desperdiciar ningún momento para pedir por la paz, porque no puede ser utilizada como un medio sino como un fin. No es una estrategia sino una meta. Debemos construir la paz. Llamando a la humildad personal. Al corazón abierto para el arrepentimiento, tolerancia, justicia.
Estamos llamados a ser conductores de paz, vamos a cultivar, vivir y proclamar la paz. Trujillano de buen corazón La solidaridad, trabajo y colaboración reinó este martes durante la procesión de la mañana, lo que indica definitivamente que con el aporte de todos es mucho lo que se puede seguir logrando para enaltecer las festividades de Nuestra Señora de la Paz, que el trujillano demuestre lo bueno que tiene en su corazón y que no le gana la pena, la vergüenza o la timidez al momento de expresar sus sentimientos en este caso por nuestra patrona. Ayer hubo muchos puntos de hidratación, con agua, naranjas, tamarindos, cambures, helados refrescantes. Algunos por instituciones públicas como el Saime, nutrición, entre otras pero de igual forma por comerciantes y habitantes de diferentes sectores. Así se hace. ¡Qué Dios se los pague!.(Diana Paredes/ Diario de los Andes)
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