SEMANA SANTA/ Devoción en la montaña

Momento cumbre del viacrucis, la crucifuxión de Jesús

El Viacrucis viviente de San Genaro cumple 11 años de tradición, alrededor de 70 personas hicieron posible la realización de este homenaje eclesiástico que vincula a la iglesia católica con las comunidades de varios sectores del municipio San Rafael de Carvajal

Desde tempranas horas de la mañana de ayer los feligreses de la parroquia eclesiástica de San Genaro se congregaron para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, en su tradicional viacrucis que arriba a 11 años de celebración dentro de las montañas arboladas del sector Los Pinos.

El trayecto comenzó en el templo parroquial de San Genaro y se encaminó por los senderos vía el Alto de la Cruz, donde estuvieron divididas las 14 estaciones que representaron la agonía de Jesucristo y seguidores, mientras este era condenado a la cruz.

Unos 70 adultos y jóvenes participaron
en la representación teatral

Carmen Zué, organizadora del evento y representante del grupo de teatro y danza “Presbítero Miguel Ángel González”, expresó que este tipo de celebraciones son preparadas año tras año desde el mes de enero, cuando al menos 70 adultos y jóvenes comienzan los ensayos para la representación artística del viacrucis.

Este año José Gregorio Briceño fue quien encarnó el papel de Jesucristo, como un acto de promesa que se había planteado tiempo atrás.

Miguel Monsalve, párroco de San Genaro y fundador de esta tradición en la comunidad, relata que el “Viacrucis viviente hacia la montaña” surgió tras un recuerdo que en su época de estudiante logró apreciar por las calles del estado Mérida. Fue la participación colectiva, combinada con el arte escénico, lo que motivó a Monsalve a adaptar la pieza a la idiosincrasia carvajalense.

El vestuario y escenografía son parte de
 los atractivos del viacrucis carvajalense 

“Este homenaje lo celebramos el sábado antes del Día de Ramos para prepararnos a la vivencia de la pasión y muerte del Señor; y tiene la idea de ser ecológico para que podamos contemplar y aprovechar la energía que nos brinda la naturaleza”, expresó.

Cada año los feligreses de sitios aledaños aprovechan las paradas previas a la llegada al sector Los Pinos para pagar promesas por los favores recibidos durante el año. Las peticiones abarcan el mejoramiento de la salud propia, de familiares y amigos; consecución de trabajo fijo, logros de grado y matrimonio.(Adolfo Butrón/ Diario de los Andes/ Fotos: Cortesía)

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