Pero no...el apagón no
fue de dos horas ni de tres como de costumbre, duró toda la mañana, se prolongó
hasta la tarde y sin saber porqué los valeranos llegaron a sus casas de noche
completamente a oscuras.
Esa misma noche se
iniciaron los reclamos, todo un día sin luz era demasiado, pero la peor parte
les tocó a los habitantes de la populosa parroquia San Luis, que desde el lunes
carecían de servicio eléctrico, por lo que no se contuvieron y decidieron
quemar cauchos y atravesar barricadas en las vías públicas para manifestar su
descontento.
Pero lo peor estaba por
venir, en toda Valera y otros nueve municipios trujillanos, durmieron sin
electricidad y eso en estos días ardiente verano es como un castigo, pues ni
aires acondicionados y ventiladores, los más valientes abrieron de par en par
sus ventanas, corriendo el riesgo de ser visitados por algún ladronzuelo en las
tinieblas, otros prácticamente pasaron la noche en vela, pero al día siguiente la situación no era distinta.
La versión oficial
La situación se estaba
tornando demasiado incómoda, otro día sin luz y sin saber la razón...en
realidad ni la gente de Corpoelec lo sabía... el vocero de la empresa eléctrica
socialista Iván Briceño, hizo su primer contacto con la prensa el día anterior
y en plena rueda de prensa se fue la luz,
el gobernador medio tocaba el tema a través de Twitter porque también estaba
desinformado.
No fue sino hasta el
miércoles 20 de junio cuando localizaron el problema y con la ayuda de
Corpoelec Lara, dos helicópteros (Pdvsa y Ejército) y funcionarios de la
Empresa de Mantenimiento y Ornato de la Gobernación (Emao), se metieron en el
sitio donde se cayeron dos antenas que generan 18 mil voltios de la sub
estación Valera II. La causa, las lluvias del domingo pasado.
En las cercanías de San
Juan de Isnotú, allí estaba el problema, en un sitio algo intrincado y con dificultades
de acceso por la densa vegetación, para rematar otro transformador en el sector
La Floresta de Valera había explotado, impidiendo el restablecimiento oportuno
del servicio.
El caos colectivo
La tarde de ese miércoles
y hasta entrada la noche, Valera fue un caos, la gente protestando colapsó la
ciudad, quemaron la casilla policial de El Milagro y querían saquear en Las
Acacias, la cosa estaba ardiendo, ya la noticia era vox populi en todo el país,
por lo que las instrucciones del gobierno eran radicales... solucionan o
solucionan...
En el interín de ese día
hasta solicitaron la renuncia del vocero principal de Corpoelec en Trujillo, la
misma gente del PSUV por cierto; además un sindicalista en campaña electoral de
la empresa eléctrica socialista hizo denuncias graves sobre la inexistencia de
planes de mantenimiento en la entidad y uno que otro seguidor oficialista
vociferaba que la crisis era por saboteo
de la oposición.
A grandes rasgos, ese fue
el acontecer de esos dos días sin luz en Valera y más de la mitad del estado
Trujillo, pues la noche del miércoles, pasadas las 10, comenzó a establecerse
el servicio, poco a poco se calmaban los ánimos y la gente pudo dormir
tranquila.
Hay que mencionar también el cierre de agencias bancarias, de estaciones de servicio de combustible, comercios y las pérdidas por alimentos descompuestos.
En Trujillo Capital también
Ya el jueves 21 el Gobernador Hugo Cabezas informaba que el problema estaba resuelto en un 96%, pero la cosa no fue tan fácil, para poder tranquilizar a los que tenían dos días sin luz, hubo que sacrificar al municipio Trujillo y en la noche de ese jueves sus habitantes no se quedaron atrás y salieron a protestar en la calle porque les quitaron la electricidad.
Ya para el día que se
publica esta crónica (viernes 22 de junio de 2012), todo parece estar en calma,
uno que otro corte intempestivo en la periferia valerana (léase Carvajal,
Motatán, Pampán) y la promesa de Corpoelec de solucionar lo de la sub estación
Valera II en el trascurso de un mes, parecen ponerle punto final a este
capítulo oscuro, dos días de junio que pusieron en jaque a Valera y todo el estado
Trujillo. (Jogly Valero)